domingo, 27 de abril de 2008

La curiosidad del hombre por su génesis, esencia y existencia del entorno.


Partamos de la definición de la palabra “inquieto” para introducirnos en este texto. En la página de la Real Academia Española de la Lengua (http://www.rae.es/ )dice que inquieto, es ser propenso a promover y efectuar cambios, una apreciación que podemos profundizar más cuando lo llevamos al contexto de hombre y objeto, hombre y sociedad, porque somos los seres humanos quienes siempre buscamos, preguntamos, exploramos, investigamos y estudiamos lo que nos rodea, con el fin entender, o desde una definición epistemológica, con ese sentido del amor por el saber.

Promover y efectuar cambios, se entiende en nuestra realidad, como la misma transformación que mujeres y hombres buscamos sobre la naturaleza o ambiente que nos rodea para ir en búsqueda del desarrollo, la integridad a la misma sociedad y a la manera de lograr un espacio para vivir. Sin embargo, no hay las suficientes condiciones para que todos los seres humanos podamos cuestionarnos sobre nosotros mismos y nuestro entorno, debido a que no hay equidad y por lo tanto, lo que para algunos, resulta cotidiano dentro del ir y venir de los cambios a su alrededor, para otros, el conocimiento se encierra en sus condiciones limitadas por la educación y al mismo tiempo, la participación social.

El conocimiento requiere entonces de un sujeto que se dirija a ese objeto localizado en su entorno, para hacer un conjunto de elementos dentro su proceso.

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